2021A Emprendedor Pasto

Emprendedor - Pasto

Administrador de Empresas - Generación 2021 A 

Por: Oscar Hernando Benavides Paz, MBA
Profesor Titular e Investigador
Programa Administración de Empresas
Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (FACEA)
Universidad de Nariño

La esencia de la empresa moderna es la especialización de funciones. Los hombres de empresa -"the businessmen"-, que dirigen la actividad económica son, en sentido estricto, los directivos y los empresarios, estos últimos en una doble versión: el empresario individual (independiente) y el "empresario corporativo" que, sin participación significativa en el capital, controla la empresa. 

La función empresarial implica el descubrimiento, evaluación y explotación de oportunidades, es decir, nuevos productos, servicios y procesos productivos; nuevas estrategias y formas de organización, nuevos mercados de productos e inputs que no existían con anterioridad (Shane y Venkataraman, 2000). La oportunidad empresarial es una oportunidad económica no esperada y aún no valorada.

Las oportunidades empresariales existen porque diferentes agentes tienen diferentes creencias acerca del valor relativo de los recursos en si mismos o cuando Entrepreneurship -función empresarial- puede ser conceptualizado como el descubrimiento de oportunidades y la subsiguiente creación de una nueva actividad económica, a menudo por medio de la creación de una nueva organización (Reynolds, 2005).

Al no existir un mercado para las “oportunidades” el empresario debe explotarlas, es decir desarrollar sus capacidades para obtener recursos, organizar y explotar las oportunidades. La dificultad del mercado de “ideas”, de “oportunidades”, es consecuencia de la dificultad para proteger los derechos de propiedad de las ideas no asociadas con patentes y copyrights; de las diferentes expectativas que tienen empresarios e inversores sobre el valor económico de las ideas y oportunidades de negocio y de la necesidad que tiene el empresario de no difundir información que pueda afectar al valor del proyecto.

Entrepreneurship se presenta muchas veces bajo las denominaciones de factor empresarial, función empresarial, iniciativa empresarial, comportamiento empresarial e incluso se habla de “espíritu” empresarial. El factor empresarial se entiende como un nuevo factor de producción distinto de los clásicos tierra, trabajo y capital, lo que obliga a explicar su remuneración a través de la renta del empresario unida de la escasez de personas con capacidades empresariales. La consideración como función empresarial hace referencia al descubrimiento y explotación de oportunidades, a la creación de empresas. Por comportamiento emprendedor entendemos el comportamiento que consiga combinar innovación, toma de riesgos y proactividad (Miller, 1983). En otras palabras, combina las teorías clásicas del emprendedor innovador de Schumpeter (1934, 1942), el emprendedor que toma riesgos y ocupa una posición de incertidumbre propuesto por Knight (1921), y el emprendedor que toma la iniciativa, tiene imaginación, y crea nuevas oportunidades. Al hablar de la iniciativa empresarial se quiere destacar las razones para anticiparse correctamente a las imperfecciones de los mercados o bien la capacidad para la innovación para crear una “nueva combinación”. La iniciativa empresarial abarca creación, toma de riesgos, renovación o innovación dentro o fuera de una organización existente. Por último, el espíritu empresarial destaca, frente a la explotación de oportunidades de negocio propias de los directivos, la exploración, la búsqueda y la innovación.

Todo esto explica que se defina entrepreneurship de diversas formas. El proceso empresarial envuelve la identificación y evaluación de oportunidades; la decisión de explotarlas por uno mismo o venderlas, los esfuerzos para obtener recursos y el desarrollo de la estrategia y la organización del nuevo proyecto empresarial (Eckhardt y Shane, 2003). El entrepreneurship es “el proceso a través del cual los individuos -o en solitario o dentro de una organización- persiguen las oportunidades” (Stevenson y Jarillo, 1990: 23). Se ha afirmado últimamente que si los directivos y empresarios de muchas de nuestras empresas adoptaran un comportamiento emprendedor al formular sus estrategias, el futuro de esas empresas sería mucho más prometedor de lo que sugieren las percepciones actuales (Lee y Peterson, 2000).

La actividad central de los empresarios es la creación empresarial y ésta se puede estudiar a nivel de individuos y/o grupos -analizando aspectos psicológicos y variables sociales de educación, formación o familiares- o a nivel de entorno a partir de las variables que facilitan el desarrollo empresarial o bien analizando aspectos del entorno económico, institucional y cultural. El estudio de los empresarios como individuos analiza las variables que explican su aparición, como características personales, perfil psicológico (necesidad de logros, capacidad de control, tolerancia con la ambigüedad y propensión a tomar riesgos) o variables no psicológicas (educación, experiencia, redes, familia, etc.).

Igualmente, los enfoques socio culturales e institucionales destacan el papel de la exclusión y del cambio social, como incentivadores ante la función empresarial en grupos minoritarios y marginales. En los estudios de las variables del entorno se destacan la cultura o los valores compartidos de en la sociedad, las instituciones unidas al marco legal, las variables del entorno económico (demanda) y financiero (capital riesgo y coste), el entorno espacial (clusters y economías de aglomeración).

Existen pues tres fundamentos para la explicación de la aparición de la actividad empresarial. El primero se centra en el individuo, es decir, la acción empresarial se concibe como atributo del ser humano, tales como voluntad para hacer frente a la incertidumbre (Kihlstrom y Laffont, 1979), aceptar el riesgo, necesidad de logros (McClelland, 1961) que diferencia al empresario del resto de la sociedad. El segundo destaca los factores del entorno económico que incentivan y hacen posible la actividad empresarial, tales como dimensión de los mercados, la dinámica de los cambios tecnológicos (Tushman y Anderson, 1986), de la estructura de mercado –regulatorios y demográficos- (Acs y Audretsch, 1990) o la simple dinámica industrial. El tercer factor está unido al funcionamiento de las instituciones, la cultura, los valores de la sociedad. Los enfoques no son excluyentes (Eckhardt y Shane, 2003), dado que la actividad empresarial es una actividad humana, no ocurre espontáneamente en la presencia del entorno económico, instituciones, cambios tecnológicos, regulatorios y demográficos.

Entre los empresarios se suele diferenciar entre emprendedores o empresarios individuales (independientes) y emprendedores o empresarios corporativos unidos a la alta dirección de las empresas. Este último tiene diferentes denominaciones, como “corporate Entrepreneurship”, “corporate venturing”, “intrapreneurship”, “internal corporate entrepeneurship” y “strategic renewal”.

Se puede considerar la dirección emprendedora como un modo de gestión distinto de la dirección tradicional. Muchos directivos están buscando nuevas maneras de hacer más emprendedoras a sus organizaciones en muchos aspectos, desde la orientación estratégica general hasta los sistemas de recompensa (Brown, Davidsson y Wiklund, 2001). Barringer y Bluedorn (1999) subrayaron el hecho de que existe una relación positiva entre la intensidad del entrepreneurship corporativo y la intensidad de la búsqueda de oportunidades, la adaptación estratégica y la creación de valor. Tal y como indicaron Hitt et al. (2001: 488) “las empresas necesitan ser simultáneamente emprendedoras y estratégicas”.

Entrepreneurship es elemento esencial para el progreso de una economía al vertebrarse de varias formas: a) identificando, evaluando y explotando oportunidades de negocios; b) creando nuevas empresas y/o renovando y dinamizando las existentes; y c) impulsando la economía –innovación, competencia, creación de empleo-, en suma mejorando el bienestar de la sociedad.

Entrepreneurship afecta a todas las organizaciones, de forma independiente del tamaño, edad, carácter privado o público y objetivos. Su importancia para la economía se refleja en su visibilidad creciente como tema en la prensa económica y en la literatura académica. Por este motivo es un tema de interés para académicos, empresarios y gobiernos en todo el mundo.

El estudio del entrepreneurship lleva a responder a una serie de preguntas como: ¿Qué ocurre cuando el empresario actúa?, ¿por qué actúa el empresario?, ¿Cómo actúa el empresario? (Stevenson y Jarillo, 1990) o bien ¿Cómo, por quién y con qué efectos las oportunidades de negocio son descubiertas, evaluadas y explotadas?. ¿Por qué, cuándo y cómo surgen las oportunidades?, ¿Por qué, cuándo y cómo determinadas personas y no otras las descubren y explotan? Y finalmente, ¿por qué, cuándo y cómo diferentes modos de acción son utilizados para explotar las oportunidades empresariales? (Shane y Venkataraman, 2000).

Nuestro conocimiento acerca de la opinión de los empresarios, las oportunidades empresariales, las personas que las persiguen, las habilidades usadas para organizar y explotar oportunidades y las condiciones favorables del entorno para estas actividades es limitado. El estudio se realiza además en múltiples niveles: individual, empresa, sector, espacio geográfico. No existe una base teórica para su estudio, sino aproximaciones basada en la casuística, las anécdotas o planteamientos fragmentados (Eckhardt y Shane, 2003). Aún no se ha abierto la caja negra de la función empresarial (Fiet, 2001).

Los problemas con los que se enfrenta el estudio de “entrepreneurship” están unidos a la necesidad de delimitar el campo de estudio y contar con una estructura conceptual que haga posible explicar y predecir los fenómenos empíricos no explicados por otros campos de conocimiento; es preciso generar un paradigma, desarrollar un conjunto de hipótesis falseables, superar la casuística y la descripción para adentrarse en los análisis de sección cruzada y longitudinales.

Datos Generales



Indices

Con un mapa mental de 28 observaciones que comprenden: la confianza en si mismo, la flexibilidad para adaptarse a los cambios, la capacidad de trabajo, el liderazgo de equipos, la innovación y la creatividad, asumir riesgos y la capacidad de negociación, se trata de construir un indice del emprendimiento en los practicantes de administración de empresa de la Universidad de Nariño.














Observaciones y Recomendaciones
  1. Todas las habilidades que desarrollemos y aprovechemos seran de gran importancia para toda nuestra vida profesional porque siempre estaremos aprendiendo y adquiriendo conocimientos en todas as areas que podamos.
  2. Realizar mas test donde conozcamos y miremos en que debemos de mejora como profesionales y no cometer errores en un próximo trabajo o en la misma empresa no se vuelva a cometer el mismo error.


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